Acaba de terminar el alba en mi balcón, desde acá veo que nuevamente en ese atardecer tibio de otoño que amenaza borrar nuestras lágrimas de nuestros rostros con una tenue lluvia, no veo ni las blancas palomas, ni las risas de aquellos niños que nunca llegaron, aquellas calles de mi ciudad, con sus adoquines impregnados de la humedad de la lluvia intermitente ya no produce las sensaciones en mi, por loco solo y por solo triste, mi ventana no me muestra aquella luz de esa estrella solitaria que se que en ese mismo instante la observas... y recuerdo que un año nuevo en un pueblo olvidado de Buenos Aires, al despertar miro la ventana y en un cordel de ropa se encuentra una golondrina, que por primera vez veía una, solo me observo por unos instantes y voló, no se quien estaba mas sorprendido si ella o yo por ese encuentro, no se por que se me vino a la mente ese hecho, tal ves espero con ansias que nuevamente en cada ventana que despierto venga, me descubra y logre volar lejos de aquí para nunca volver
1 comentario:
Alguna vez debimos no haber estado solos , sólo así se explica esta sensación de soledad actual , solamente se explica en la medida que es un estado de excepción .
¿cuándo fué eso ? ¿cuando fué ese estado de dicha ? sepa moya .
saludos .
Publicar un comentario